domingo, 18 de octubre de 2009

Para quien me quiera de verdad

Hola, que manera tan común de comenzar una carta. Esta noche, mientras el frío otoño se cuela por mi ventana, decidí escribirte, pues eres lo más importante en mi vida, lo que más quiero y lo que más desconozco. Pensé de qué manera expresarte todas esas cosas que siento y pasan por mi mente, pero aún no logro ordenar mis ideas. Esta carta es para tí, que me quieres de verdad, y sabes lo importante que eres en mi mundo, y lo feliz que me haces.

Es bastante extraño escribirte y decirte todo esto, pues realmente no sé ni quien eres, se que estás en algún lado y que algún día lograré cruzar mi mirada con la tuya y todo el mundo colapsará en un instante. ¿sabes? yo no soy alguien que da la vida por muchas personas, pero por ti, yo doy mi alma, y quiero que sepas, que en mi tienes a un amigo, un compañero y aliado, alguien que puede escuchar tus deseos y miedos, tus quejas, gritos, sonrisas y silencios; alguien que comparte tus triunfos y te da ánimo en los fracasos.

Se que no tengo mucho dinero, pero siendo quien eres y lo que representas, eso no es importante para ti, y bien sabes que cualquier cosa que quieras yo la conseguiré, lo que tu desees yo te lo daré, y no dejaré ni un solo día de preocuparme por ti, de pensarte, de quererte, de apoyarte.

Tal vez no estemos todo el tiempo juntos, pues cada quien tiene su vida, pero los instantes que compartimos aunque sea sólo un pequeño instante, duran horas, y en mi mundo se recrea tu mirada y tu sonrisa, el sabor de tus labios que me incitan a alcanzar el cielo, volar entre la Vía Láctea y conseguirte una estrella.

Quisiera poder plasmar mi corazón en letras, pero prefiero contarte el mundo con una mirada, y que la calma del mar, la luna y el viento, nos cobije en una sábana de terciopelo azucarado, en donde nadie puede encontrarnos, y viviremos en lo más secreto, el cariño más profundo, encontraremos al final del infinito, que existe una escalera al cielo, tomaré tus manos y te envolveré en un abrazo eterno.

Buscaré una sonrisa en el llanto más intenso, derramaré una lágrima en el arcoiris del viento, tatuaré tu mirada en la tersa piel del tiempo, y volveré cada día, con un beso y un te quiero.
Se que sabes lo que siento, y tal vez tú sientas lo mismo, pero si llega el momento, en quedarnos en silencio, y la nada nos envuelve, yo te pido que me mates, que no me dejes verte. sufriré un dolor inmenso, de esos que no sólo duelen, pero me quedaré con el recuerdo, del amor que nos envuelve, y así seguiré rondando en el cementerio eterno, mientras despierto del sueño y pueda por fin conocerte.

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