sábado, 18 de diciembre de 2010

La Playa (del baúl del recuerdo)

Cada kilómetro que pasaba me alejaba más de Lucía. El paisaje había cambiado de color y luz. La ciudad era un punto de smog borroso que se perdía en el horizonte de mis recuerdos. Las últimas palabras que había escuchado de sus labios se clavaban en mi corazón como espinas afiladas: "vete corriendo." Trataba forzadamente de encontrarle un significado oculto, algo que me dijera que de alguna manera nuestras miradas volverían a cruzarse, pero mi razón me despertaba y sólo podía contemplar la magnitud de los verdes valles que me llevaban hacia un destino alejado y siniestro, sin mi Lucía, despojado de lo más cercano y apreciado que he tenido. En mis oídos retumbaban las estrofas de aquella canción que adoraba en mi infancia, pero que ahora tomaban una realidad irónica y cruda:

"por los caminos del sur, vamónos para Guerrero, porque le falta un lucero,
y ese lucero eres tú..."

Mi lucero más brillante en las horas nocturnas erauna espesa y confusa nebulosa que se alejaba años luz de mi mirada a través de un agujero de gusano...



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