miércoles, 23 de junio de 2010

Capítulo 1.La Dama

Ya casi es media noche, hora cero. Una pequeña gota de sudor cae silenciosamente de mi rostro. Este es el momento, aquí se acaba todo. No puedo ni siquiera hilar de manera consciente la serie de sucesos que me trajeron hasta este punto. Quizás fue por mi terquedad, tal vez fue por ir en contra de todo lo que me decía mi padre, pero por supuesto que eso no era, trataba de disfrazar de cualquier cosa el hecho de que todo sucedió por una persona, que sin darse cuenta había desencadenado mi locura y me había llevado al límite del dolor, de la desesperación, y de la violencia. Berenice. Su nombre me causaba náusea, ternura, alegría y terror. Todo comenzó con un juego simple, pero ella lo convertiría en el plan perfecto para inmortalizar su nombre, claro que necesitaba de alguien que le sirviera como cómplice, un tonto enamorado que hiciera todo el trabajo sucio, y fue así que terminé afuera de la última casa, esperando pacientemente a la víctima número nueve, la última para acabar el juego, y para condenarme de por vida...

Alonso Gónzales era el mejor polícia del estado de Querétaro, conocía todas las calles, todos los rincones y escondites que poseía la ciudad, había memorizado las leyes desde que tenía 14 años y su padre fue encontrado culpable de un asesinato en primer grado. En el año del 84 le dieron un premio por su destacada labor como oficial, y para el 91 ya se estaba jubilando.

Fue un día de octubre, cuando Alonso caminaba hacía su casa despúes de un buen paseo por el parque que ocurrió lo inimaginable, su vecina del número 3, la señora Julieta Alvárez había sido asesinada afuera de su casa. Alonso se acercó a la casa y vio cómo Julieta estaba tendida boca arriba, tan bien vestida y arreglada como siempre, con un traje muy elegante, de color gris , su sombrero azul turquesa, y sobre su blusa blanca una mancha color carmín, de donde se desprendía un pequeño charco de sangre. Lo que más sorprendió al ex- policía no fue la posición tan acomodada del cadáver,como si fuera un soldado en formación, sino una pequeña semilla de frijol que sostenía entre los labios. Ésto había sido muy bien planeado, y Alonso no lo sabía, pero el juego acababa de comenzar...

1 comentario:

  1. ñññññññññ me dejaste picada... as usual.
    Ahora si usé bien los puntos suspensivos :)

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